Revistas independientes

Incluso cuando el sistema industrial busca expulsarlas y el Estado no brinda apoyos como sí lo hace en otras áreas, las revistas independientes luchan día a día para permanecer en el mercado. Es muy importante entender lo indispensable que es tener espacios donde uno pueda editar una revista, sin tener que seguir la linea que alguien impone desde arriba, censurando tanto contenidos, como expresiones gráficas posibles. Una vez que logramos romper con esto, tenemos un mundo gigante de modos de diseñar y maquetar nuestros proyectos. Tratando temas que van desde la política hasta otros mas superficiales como la moda, son muchas las voces que buscan ser escuchadas a pesar de todo. Esas voces se unieron en 2012 para conformar la Asociación de Revistas Culturales Independientes de la Argentina y en 2013 dieron pie al impulso de un proyecto de ley de fomento para el sector. En el medio, lo que se inició por tierras porteñas se fue expandiendo al resto del país. En una entrevista Ingrid Beck, directora de la revista barcelona, deja ver su miedo y transmite la situación de la revista señalando que " cada número puede ser el último"

La revista Barcelona nace con esa fuerza única que da el ser un grupo de amigos apostando a hacer lo que les gusta. Consultados sobre las motivaciones de su proyecto, el cofundador explicaba que “básicamente es la revista que nosotros no podíamos hacer en los laburos donde estábamos…Todos son monopolios y grandes medios, y conociendo a la gente que labura ahí, y la poca onda que hay, el poco compromiso que cada uno tiene con su laburo, hacer una revista con amigos, con la forma y contenido que nosotros queremos, es ya muchísimo”.

¿De que hablaban cuándo se referían a “hacer lo que querían”? La primera señal aparece en su mismísimo slogan fundacional: “Barcelona. Una solución europea para los problemas de los argentinos” aludía y se reía del diario emblema del multimedio mas poderoso del país, y su pretencioso “Clarín, una solución argentina para los problemas de los argentinos”. Antes que el enfrentamiento gobierno-Clarín y el debate por la ley de medios pusieran en cuestión el rol de los gigantes informativos, este grupo de jóvenes periodistas tomaba las banderas de la acidez, la ironía, la parodia, el humor negro llevado al extremo, y salía a hacer de las suyas. ¿Los destinatarios? Oficialistas, opositores, políticos, genocidas, farándula, ricos y famosos, la clase media, nuestra sociedad, y siempre, los medios masivos.

Algunas preguntas interesantes sobre la publicación independiente realizadas a Ingrid Beck:

¿Tenían alguna experiencia previa en producir una publicación independiente? ¿Y en otro tipo de proyectos o producciones culturales independientes, no editoriales?

Todos veníamos de las experiencias de La Maga y algunos de La García, dos publicaciones independientes que, si bien tenían dueños o financistas, en su organización nosotros éramos los responsables de toda la cadena. Ahí aprendimos a hacer un medio. Independientes no editoriales no, en mi caso. Cada uno de los integrantes tiene sus propios proyectos, musicales, artísticos, independientes.

¿Cuántas personas integran el equipo? ¿Cómo funciona la toma de decisiones?

Somos alrededor de diez y la toma de decisiones es por consenso. Sobre todo tapa y contratapa. El interior se va cubriendo. Pero las notas principales y los suplementos se discuten colectivamente. Si hay uno que no está de acuerdo, se descarta la idea o se discute hasta convencerlo.

Sobre la base de tu experiencia, ¿qué recomendación, sugerencia, le transmitirías a los que quieren iniciar un proyecto de revista independiente?


Que lo hagan, nada más.