El logo necesita de todo un universo gráfico que se desprende de él y para él: la identidad de marca; la manera de presentarse ante el mundo. Y es en ese punto donde aparece el sistema como un conjunto de recursos gráficos que no solo contribuyen a generar una forma de ser de una marca sino que es la construcción gráfica de la manera en que queremos que nos vean. Si el logo es un nombre, el sistema es la personalidad de una marca. Es un intento de reflejar aquellos adjetivos que queremos que digan de nosotros, es presentarse ante el mundo de la manera en que queremos ser vistos.

Con la cantidad de productos y servicios que hay, hace años que se hace imposible no intentar separarse del montón desde lugares nuevos. Que una marca se presente como “aventurera”, “juguetona”, “fresca” entre otras tantas cualidades, es ahí donde el diseño aparece para traducir esas palabras en elementos gráficos con el fin de comunicar. Todo es válido para contar cómo somos y qué queremos decir y es en esa serie de piezas que se crean, donde realmente mostramos esto. El sistema es ese despliegue de recursos que terminan de darle vida a todo, de generar la verdadera identidad.
Todo esto se logra a través de la estética que se crea, el lenguaje, utilizando colores, formas de procesamiento de imágenes, grillas, elecciones tipográficas (obvio), incluso la materialidad, entre tantas otras variables que podemos encontrar. Cuestiones que aparecen a la hora de generar un código que nos sea propio, que sea la mejor manera de presentarnos. En esa cantidad de constantes y variables que se deciden y diseñan es en donde el sistema comienza a crecer y puede ser tan complejo como sintético pero no por ello menos efectivo, si estos recursos están bien utilizados.

A la hora de diseñar un sistema es importante tener en cuenta no solo cómo queremos que nos vean sino también el espacio en que nos vamos a mover, en otras palabras, conocer a quién está dirigido el producto en cuestión. Esto implica generar una comunicación gráfica que permita crear un vínculo con ese receptor ya desde lo visual, crear una conexión desde lo que ve y que le permita inferir otras cosas. El sistema debe ayudar a transmitir todos esos valores detrás de la marca en diferentes piezas y formatos, contribuyendo a delimitar ese conjunto de cualidades que le son propias.

Importante también es la manera en que el sistema ayuda a transmitir la información. Su valor también está en la manera de diferenciar y dividir la comunicación. Las piezas dentro del sistema aparecen para jerarquizar y organizar todo eso que queremos decir sobre una marca, evento o producto, distintos formatos para comunicar diferentes tipos de información. Es acá donde tienen principal importancia la manera en que juguemos nuestras variables y constantes dentro del sistema, generando un ritmo a lo largo de todas las piezas, que sigan pareciéndose sin la necesidad de ser iguales. Hacernos reconocibles en medida en que generamos un lenguaje que nos es propio.
Este texto es un recuento de opiniones sobre la manera de entender y aprovechar al sistema a la hora de crear una identidad. Lo interesante es darse cuenta de que, dependiendo de la manera en que dispongamos de nuestras herramientas, vamos a poder lograr resutados que sean completamente distintos. En definitiva, se trata de dar con una serie de recursos gráficos que nos permitan, como siempre, comunicar de la mejor manera.
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