Tipografía como revolución.

Hay pequeños detalles que pueden marcar una gran revolución. Un ejemplo clarísimo está en su uso en la publicidad. La Guerra Civil, la Guerra Fría o la Guerra Mundial invirtieron cantidades económicas para convencer al pueblo de que su bando y su ideología era la correcta, y lo hacían a través de la infame propaganda. Es el […]

Hay pequeños detalles que pueden marcar una gran revolución. Un ejemplo clarísimo está en su uso en la publicidad. La Guerra Civil, la Guerra Fría o la Guerra Mundial invirtieron cantidades económicas para convencer al pueblo de que su bando y su ideología era la correcta, y lo hacían a través de la infame propaganda.

Es el caso de las campañas de Adolf Hitler, en donde su propaganda estaba llena de detalles. Todo estaba pensado, entre ello la tipografía. Una tipografía recargada, de lectura un tanto difícil, que se convirtió en la imagen de una Alemania que quería dar imagen robusta, de fortaleza, de estar preparada ante cualquier amenaza exterior.

 Futura , creada por el alemán Paul Renner , se empezó a popularizar durante el dominio nazi generando conflictos por representar un minimalismo y sobriedad totalmente contraria al barroquismo nazi. Pasó a representar lo moderno, la esperanza de futuro, el cambio. Sin embargo para los nazis el cambio no existía: Alemania empezaba y terminaba con ellos. La Futura se convirtió en una amenaza, de modo que actuaron para eliminarla. Así pues, exiliaron al creador de la tipografía y también a la misma, ya que cada vez era más usada en Alemania y estaba haciendo caer en el olvido la fuente establecida por el gobierno.

Hitler ordenó eliminar la futura para poner fin a esta idea de cambio, no obstante, al tratar de eliminar la Futura solo consiguio fomentar esta idea y darle mas importancia a la tipografia que acabaría siendo vista como la imagen del cambio. Futura se extendió a nivel mundial y empezó a ser usada para todo. Su forma redondeada y sencilla consiguió hacerse hueco en escritos, objetos, informes. Hasta nada más y nada menos que en la nave espacial Apollo 11 y de muchos anuncios a nivel internacional. Así que Paul Renner sin saberlo, había acertado plenamente con el nombre de su creación, ya que Futura se convirtió en la imagen del Futuro. El nazismo padeció, y la Futura aquí sigue.

Propaganda nazi