Legibilidad y economía

Se podrían ahorrar casi US$400 millones sólo si se cambia la tipografía. Para generar un texto que luego va a ser impreso, uno tiene que tener en cuenta distintos factores. Al ver un mismo texto escrito con 3 tipografías distintas en un mismo cuerpo se puede notar que el espacio físico ocupado es notoriamente diferente. […]

Se podrían ahorrar casi US$400 millones sólo si se cambia la tipografía.

Para generar un texto que luego va a ser impreso, uno tiene que tener en cuenta distintos factores. Al ver un mismo texto escrito con 3 tipografías distintas en un mismo cuerpo se puede notar que el espacio físico ocupado es notoriamente diferente. Esa es la conclusión a la que llegó un estudiante, quien asegura que el gobierno de Estados Unidos podría ahorrar esa suma en costos de impresión simplemente si cambia la tipografía que usa en sus documentos oficiales.

Suvir Mirchandani estaba investigando como en su escuela podían ahorrar papel y tinta. A un maestro suyo le pareció muy interesante y lo alentó a que contactara al Journal of Emerging Investigators, (Revista de Investigadores Emergentes) quienes le propusieron a Suvir tomar documentos oficiales de las distintas agencias federales del gobierno y comparar que tipos de letra usaban, llegó a la conclusión de que la mayoría empleaban Times New Roman, Garamond y Century Gothic.

Como se puede ver, en el bloque de texto de la tipografía Garamond entran más palabras.

La investigación dio como resultado que si la Casa Blanca usara Garamond y no Times New Roman ahorrarían aproximadamente US$394 millones sólo en tinta. Entre otras cosas se debe a que Times New Roman tiene una altura de “x” mayor a la de Garamond, y presenta trazos más anchos. Por más mínimas que sean las diferencias, el resultado final es muy distinto.

A partir de este y otros casos parecidos la agencia Grey London diseñó la tipografía más económica llamada Ryman Eco.

Según sus creadores es la tipografía más sostenible del mundo, ya que se puede imprimir con un 33% menos de tinta que otra fuente convencional en variable regular.

Es muy interesante como han hecho que los trazos de cada letra estén compuestos a su vez por trazos más pequeños, de modo que el efecto visual que genera al verse en un tamaño específico es el mismo que para una serifa normal.

Según las palabras de la agencia: “No queríamos comprometer la legibilidad para asegurar la sostenibilidad; después de todo, la fuente sólo ayudará al medio ambiente si la gente realmente la utiliza. Porque no es sólo lo que tú escribes lo que puede marcar una diferencia. También es cómo lo escribes.”

Como conclusión: A la hora de diseñar la fuente, la agencia tuvo que tener en mente no sólo la problemática sino también cómo los usuarios tienen que hacer uso de la misma. Abordar sólo la problemática no es suficiente, hay que ir más allá para que realmente funcione. Y también a la hora de diseñar una pieza que va a ser producida en cantidad, tener presente tanto los gastos como el impacto ambiental que la misma va a generar.