La innombrable

Todo el mundo ama odiar a la Comic Sans ¿Por qué?

Hace un par de años, cuando empecé la carrera de Diseño Gráfico, tuve un acontecimiento en el que una compañera con la que compartía el grupo del ultimo trabajo práctico de Medios I, usó Comic Sans para los títulos. ¡¿Cómo?! ¿Por qué usar la Comic Sans entre variedad de miles de tipografías? ¿Estaba usándola correctamente y fue solo mi prejuicio?
Por eso me parece necesario desglosar sus virtudes y defectos para que cada unx pueda sacar sus propias conclusiones.

El origen del mal

La Comic Sans fue creada en 1994 por Vincent Connare, un diseñador gráfico al que Microsoft contrató para esbozar una fuente infantil que formase parte de su infausta aplicación Microsoft Bob. Este intento por crear una interfaz amable y cool (la concepción de lo cool que existía a mediados de los noventa, al menos) fue incluido muy arriba en la lista de los peores 25 productos informáticos de la revista PC World.

«No pretendía ofender a nadie. En 1994, diseñé una tipografía simpática e infantil para un perro caricaturesco que te ayudaba a desenvolverte en la pantalla […] Los perros de cómic no hablan en Times New Roman».

Explica Connare a Live Science

Una vez que la fuente estuvo en manos de los usuarios de Windows 95, no se sabía cómo la gente la usaría. Ahora, se iba a imprimir en volantes de venta de pasteles, invitaciones a fiestas de cumpleaños, tarjetas de visita e incluso en un… ¡videojuego!

Uso y abuso de la Comic Sans

Y esto, parece, es donde radica el problema para la mayoría de las personas que la desprecian. Después de la invención de Comic Sans, la gente comenzó a usarla en contextos para los que no estaba destinada, como en documentos formales, lo que le dio una calidad inconexa que algunos encontraron discordante. Diseñadores y tipógrafos nos enojamos cuando se usa incorrectamente. La fuente de escritura infantil es tan infame que hay un movimiento para intentar prohibirla .

Helvetica vs Comic Sans

Un estudio en profundidad hecho por David Kadavy sobre las diferencias entre la tipografía universalmente aclamada y la más odiada, muestra las inconsistencias que hacen a la Comic Sans una burla.

  • Tienen sus similitudes. Ambos tienen un trazo relativamente sin modular, lo que significa que el grosor de los trazos en las fuentes no cambia a lo largo del trazo. Esta muestra cómo la forma de Helvetica difiere de la de Garamond , que tiene un trazo modulado. Comic Sans también tiene un ictus no modulado.
  • Aunque los trazos de las formas de las letras de Helvetica no están modulados, se hacen algunos ajustes para mejorar su legibilidad. Por ejemplo, observe cómo el trazo en Helvetica se adelgaza cuando el hombro se encuentra con el vástago en esta letra “n”. Esto ayuda a darle a la carta un peso visual más parejo. En la Comic Sans no es así.
  • Esta mala gestión del peso visual es el problema principal que hace que la lectura de Comic Sans sea una experiencia desagradable. La uniformidad del peso o “textura” es importante para la legibilidad y legibilidad de la tipografía. Las letras o bloques de texto que están libres de puntos desproporcionadamente ligeros o pesados ​​permiten que las formas de las letras brillen y se lean fácilmente.
  • La mala gestión del peso visual dentro de las formas de las letras no es la única característica que hace que Comic Sans sea desigual en el texto del cuerpo. El “letterfit” (o la consideración dada a los formularios de letras para permitir que se unan de manera uniforme) de Comic Sans es muy pobre. La letra de Helvetica le permite tener inherentemente tablas decentes de kerning.

Por lo tanto, los fundamentos tipográficos de Comic Sans son muy pobres como los utilizados en situaciones de alta resolución, pero Comic Sans nunca fue pensado para usarse de esta manera, y eso es parte de por qué se considera una fuente tan mala.

En su defensa

Pero si hay un punto que la hace más especial a esta fuente es su lucha contra la dislexia, el trastorno de aprendizaje que afecta a la lecto-escritura. Las principales organizaciones recomiendan su uso, como es el caso de la Asociación Británica de la Dislexia, la de Irlanda o la de Madrid.

Lo que puede parecer un pequeño detalle de estilismo tiene su implicación a nivel de facilitar la lectura. Según apuntan varios usuarios, el ojo es capaz de fijarse en las distintas letras con más facilidad y eso ayuda a poder leer más cómodamente. No parecen ir mal desencaminados, ya que estudios de la Universidad de Indiana y Princeton han llegado a conclusiones similares. Al tener un diseño más extraño y “difícil de leer”, la concentración es mayor y los resultados en memoria lectora son mejores.

¿Por qué estas organizaciones recomiendan la Comis Sans existiendo fuentes específicas? Principalmente por su disponibilidad generalizada y porque han detectado que las personas disléxicas sencillamente leen mejor con ella. Una comodidad que también se extiende al resto de lectores.


Y vos, ¿alguna vez la usaste?