Hubo un momento en el que podía ir por la vida sin cuestionarme ciertas cosas, simplemente porque desconocía su funcionamiento interno, o simplemente por descuido, quizás. Pero en el proceso de aprendizaje, uno va redescubriendo el mundo, y comienza a cuestionarlo.
Desde que comencé a estudiar diseño, percibí los defectos que las películas poseían, desde encuadres mal hechos, hasta ángulos de filmación poco interesantes. Claro está que ésta es mi percepción. En cuanto a lo que concierne a la tipografía del cine, hay afiches que me empezaron a despertar cierto rechazo, como el de TERMINATOR, que antes era perfecto para mí, pero ahora no dejo de ver un “buraco” entre la A y la T, y cuando antes eran simples letras del título, ahora las llamo “el par crítico”. Qué me paso?!
Ésto me sucede también con la intro de STAR WARS, esa intro plagiada de FLASH GORDON, en la que el texto se hundía en la pantalla, tan elegante y con un toque futurístico espacial (si, todo eso), pero que ahora ya no lo es! El diseño me lo robo, de golpe empecé a ver que ese texto ya no era tal cosa, sino que se volvió un tumulto de palabras ilegibles, lleno de cosas raras que ahora llamo “ríos”, a la vez que la tipografía se deforma horriblemente en ese viaje al infinito. Otro afiche de película, GATO SOBRE EL TEJADO CALIENTE, que antes resultaba completamente legible para mi, ahora ya no lo es: “CAT ON A HOT… “ que ahora se lee “CAT ON A CHOT… “.
Éste “antes y después” no se limita al cine, también está en la calle: desde diseños hechos por sus propios dueños, hasta grandes empresas que subestiman los criterios de la tipografía. De hecho, no hace mucho, me tope con un local, y me costó descifrar a qué rubro pertenecía. Supongo que era una “Dietética”… o una “Deeiactti”, pero bue, les dejo la foto en la portada del post, tal vez me puedan ayudar.
Por culpa del diseño, me horrorizan cosas que antes no, pero al igual que en la alegoría de la caverna, una vez visto el “mundo”, difícil es ya olvidarlo, difícil es verlo con ojos viejos.