Como John Lennon en el ’74, Daniel Johnston en el ’83, o Wayne Coyne de The Flaming Lips en 2002, en 1955 también había músicos que hacían su propio arte de tapa. Aquí la historia de Gil Mellé, artista, músico de jazz y admirador de los sintetizadores.

A la par del avance tecnológico, que amplía y sofistica año a año las opciones para escuchar música, crece la tendencia que rescata los sonidos de los viejos tiempos y la escucha demorada: cada vez más personas alrededor del mundo se inclinan por comprar y coleccionar discos de pasta.