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Tipografía — Sistema y recursos

Menos, ¿es más?

El término minimalismo, en su ámbito más general, es la tendencia a reducir a lo esencial y a despojar de elementos sobrantes. La frase que resume la filosofía minimalista es la famosa “menos es más” (atribuida al arquitecto moderno Mies Van der Rohe)
Los arquitectos minimalistas no sólo consideran las cualidades físicas del edificio sino también la dimensión espiritual, lo invisible, los detalles, las personas, el espacio, etc. Todo esto genera algo mucho más grande que la sobrecarga de estímulos y ornamento, se trata de el diálogo entre una persona y su entorno. Esta filosofía es algo que podemos aplicar a muchísimos ámbitos de lo cotidiano, incluso también a una página web. 

En este caso nos encontramos con una página web personal, casi a modo de portfolio, para mostrar los estudios, logros y servicios de un escritor, Matt Colangelo. Él estudió en Nueva York y trabajó para grandes marcas articulando sistemas de lenguaje y estrategias para ayudarlas a avanzar. El fin de esta página web es no solo mostrarse a él mismo a modo de biografía, sino también buscar nuevos clientes dentro de su nicho; por lo tanto, es necesario que esta información llegue de forma clara y concisa a su audiencia, es decir futuros clientes. Para lograr esto, los diseñadores tomaron ciertas decisiones contundentes dentro de la interfaz.

Como landing page nos encontramos con una primera instancia introductoria sumergiéndonos en su propio sistema de lenguaje desde lo puramente tipográfico. 

Decimos que la composición, además de estática, simple y contemporánea, es minimalista, ya que prevalece el blanco, la lectura es amigable para la fluidez y comprensión de la información, donde podemos imaginarnos con claridad la grilla pensada, y a simple vista cuenta solo con lo esencial.

Esta interfaz tiene como flujo principal una sábana dividida en 5 (cinco) secciones horizontales bien diferenciados por bloques de distintos colores. Pero al entrar un poco más en cada una vemos que también se utilizan distintos recursos (familias tipográficas, variables, misceláneas, modulación e incluso croma), tratándose entonces de distintas tipologías de información en cada sección. Es decir, que si tomamos la decisión de quitar el croma de la página y dejarlo en blanco y negro (opción que la misma nos brinda), vemos el “esqueleto” de esta interfaz y aún así seguimos distinguiendo que cada sección nos habla de algo distinto.  


La tipografía cumple un rol principal como un fuerte recurso de identidad visual pero sobre todo porque es en ella donde se apoyan todos los recursos previamente mencionados.

La familia tipográfica que predomina es la Helvetica Neue, conocida por su legibilidad y simplicidad. En este caso es la más pesada, es a donde nuestra vista se dirige primero y a la que al adentrarnos confirmamos que es donde se encuentra la información “relevante” o la que no podemos pasar de largo. En cambio, el texto que se encuentra en la tipografía Centruy Expanded se utiliza como una segunda o tercera capa de lectura, es información “adicional” que encontramos mucho después de haber recorrido la anterior, incluso aún cuando están siendo utilizadas en la misma escala.
Es por esto que se trata de un uso funcional, junto con la ayuda del cambio de variables (regular, bold, light e itálicas) y escalas, cada familia marca un cambio de tipología, jerarquía, evidencia el orden de lectura pensado y marca diferentes ritmos.

Todo esto, volviendo así al principio, demuestra que una interfaz minimalista no tiene que contar solamente con el predominio de los blancos, o los pocos elementos visibles, sino que en simultáneo la experiencia de navegación del usuario sea profunda y cada momento de interacción con la página esté pensado para que lo que al principio parecía algo sobrio y simple, al final se trate de un constante hallazgo entre la persona (usuario) con su entorno (interfaz).