Físico vs Digital

Autor/a: Matías Cufré

En los años ’70, el diseño gráfico ya formaba parte de la cultura y de la economía de los países industrializados. Sin embargo, aunque los adelantos de la tecnología comunicacional permitían que la información trascendiera a lugares lejanos, los desarrollos no eran globales, y solo algunos países gozaban de esta oportunidad.

Como bien sabemos el diseño gráfico había estado al servicio de la comunicación, limitado meramente a la edición de libros, la industria de la impresión y la publicidad. En los ’70 comienza a proyectarse como fuerza multidisciplinar, sumándose al desarrollo y modernización de los mensajes visuales de la televisión, prensa, revistas, imagen corporativa. Para esto fue de vital importancia la incorporación de otras técnicas de expresión gráfica como la fotografía, la pictografía, la señalética, la fotocomposición y la infografía.

«La revolución electrónica ofreció la posibilidad de utilizar
imágenes almacenadas desde períodos anteriores y de transformar sus contenidos en algo contemporáneo, a través de la manipulación digital. La evolución de la comunicación impresa se debió entonces, a los avances de las nuevas técnicas y de la tecnología informática, que entregaron al diseñador el control de los medios gráficos de producción y reproducción»
Eric Satué (1989)

El desarrollo de la tecnología durante los setenta y los ochenta dio un control absoluto al diseñador sobre la producción de los objetos gráficos, permitiéndole manipular el tamaño y la posición de los elementos visuales antes de su publicación, así también su almacenamiento y organización.

Es innegable que en los años noventa, las nuevas formas de comunicación de la era digital, como es el caso de Internet, presentaron nuevos desafíos al diseñador y por ende al futuro del diseño gráfico. El lenguaje de Internet tiene una diferencia sustancial con los hasta entonces lenguajes comunicacionales vigentes, por que es bidireccional, personal, dialogal, conversacional; y el individuo pasa a ser actor, no un receptor pasivo. Este cambio de paradigma reactivo a paradigma interactivo, implica un forzoso cambio en los modos de pensar, comprar y la relación consumidor-marca y consumidor-productos.

Tal es el avance y masividad de Internet, que hoy en día una persona tiene a su disposición contenidos que hasta hace algunos años era inalcanzable en cuestión de un par de clicks. Esto se ha tornado contraproducente: la piratería digital es un acontecimiento que avanza y se establece como algo natural para los usuarios, forzando cambios de timón en grandes industrias.

Un claro ejemplo es el de la industria musical, la cual ha sido gravemente afectada por la facilidad que ofrece el medio digital para conseguir los productos deseados, obligando a las compañías discográficas a re-evaluar su posición y comenzar a vender legalmente su material online. Esta estrategia (ya sea por practicidad, alcance u otros motivos) ha logrado superar ampliamente al formato físico tradicional en que uno consumía la música, limitando su consumo prácticamente a fanáticos y coleccionistas. Otra industria afectada (en menor medida) por el avance digital es la imprenta, ya que si bien los e-books y diarios/revistas digitales van en aumento, el formato impreso sigue manteniéndose firme y da pelea contra la tinta electrónica y el kindle.

Podemos concluir en que el diseño depende de su relación con la tecnología para poder actuar, ya que en función su avance dispone de nuevos espacios. La relación diseño-tecnología existe desde siempre, y cada época está signada por los avances de ese tiempo y cómo el diseño gráfico adoptó recursos para generar nuevas alternativas visuales.