Cátedra Cosgaya Tipografía 1 y 2 | Carrera de Diseño Gráfico | FADU/UBA

Cómo desaprender correctamente

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¿Por qué, siendo la era de la revolución tecnológica, parecemos estar estancados en referentes y estilos gráficos antiguos? ¿Fiaca? ¿Somos todos hipsters?

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La música es la excusa. Vinilo viene, más que en otros ejercicios, con una serie de universos paralelos de la mano y que son inseparables. Universos de recursos tipográficos, estilísticos, compositivos, que utilizamos y nos apropiamos muy a menudo en la mayoría de los trabajos prácticos y en la vida laboral. Universos que, si bien ponemos en práctica de manera natural, no siempre son explotados y comúnmente terminan siendo una réplica hecha en computadora. Amo la tecnología y por eso acá vengo a tratar de exponer una defensa a todo eso que desaprendimos con el avance de la PC.

Para ayudarme a sustentar este choclo de texto que se viene, voy a tratar de poner el último disco de Daft Punk (Random Access Memories) como ejemplo de cómo desaprender correctamente.

¿Por qué Behance está lleno de laburos tipo collage divinos pero que están hechos en Photoshop juntando .pngs de Google Imágenes? O ¿Por qué vi innumerables entregas de “pecado” simulando glitch cuando de verdad podemos romper tipografías usando editores de audio y video? O entregas de libro con caligrafía dafonteana pudiendo hacerlas a mano. No es una crítica, al contrario: amo que la computadora tenga esta versatilidad y envergadura para abarcar tanto en tan poco lugar. Vivo en la PC casi en un estado catatónico hasta que necesidades naturales hacen que me levante del asiento. Hoy trabajo gracias a ella. No es una crítica, es más bien una pregunta sincera: ¿por qué disfrazamos nuestros trabajos hechos en PC aparentando que fueron hechos de otra forma? ¿Será miedo? ¿Verguenza? Cuanta más fuerza hacemos para evitar que se note cómo lo hicimos, más se nota la mano virtual de la computadora.

Acá es donde entra vinilo. Las tapas de vinilos originales (como ya varios de mis compañeros tuvieron la oportunidad de analizar) fueron hechas con recursos específicos de cada época y no hace falta que enumere el millar de ejemplos que hay. Estas tapas, inevitablemente, a algunos de nosotros nos van a condicionar, de una u otra manera, nuestra interpretación del TP llevándonos a intentar realizar una técnica pasada con lo que tenemos hoy.

Cuando Daft Punk, un dúo de música french house (electrónica en criollo), salió de su nicho de confort y sacó el disco Random Access Memories en 2013 con un aire completamente setentoso, en un ambiente pop complétamente estéril y comercial, algó se sacudió en el mundo: las firmas empezaron a apostar más en los LP, se empezó a escuchar un dejo de funky en la radio y apareció una tendencia al «estilo 70s» en la música. ¿Fueron los primeros? Por supuesto que no, muchísimos artistas tienen un estilo que remite a la época y viven bien de eso, aún más en un momento “retro” como en el que estamos viviendo. Pero Daft Punk fue distinto. Analizando un poco, Daft Punk no hizo un mero homenaje a la música de los 70s de los Dobbie Brothers o The Eagle e invitaron de cholulos a Stevie Wonder: no. Ellos investigaron la fusión del Jazz con la época, cómo influyó el “neighborhood” y la sociedad para que la música fuera como fue, dónde se escuchaba, cómo se escuchaba, cómo se sentía, etc. Hicieron la tarea: aprendieron lo que era el Groove de la mano de legendas (como Nile Rodgers) y dejaron que esto les sirva como bases para crear algo nuevo, aportando las herramientas y conocimientos actuales.

Por ejemplificar, Lose Yourself to Dance (segundo hit del disco) tiene una base de guitarra con el estilo de Nile, un beat muy funky y Pharrell da una voz muy particular de la época y encima el videoclip recrea escenas del programa SoulTrain. Pero no se quedan ahí, los robots le agregan la repetición que los caracteriza, la voz con vocoder y su uso como instrumento, etc, etc, etc. Hasta la misma composición del tema en general es una clásica estructura de electrónica. Si uno escucha el disco no se teletransporta a los 70s y empieza a bailar al mejor estilo SoulTrain, sino más bien es una reinterpretación, una nueva forma de pensar esa música. Pone en la mesa otro tipo de cartas para empezar a probar y jugar. Es setentoso, eso es innegable, pero el valor agregado que propuso Daft Punk juntando fuerzas de distintos lados logró crear algo completamente nuevo.

Mi punto es, si vamos a homenajear una técnica, hagámosla (y en este párrafo me incluyo al 100%) con lo que tenemos hoy, traigámosla al presente. Usemos a nuestro favor todo lo que nos puede dar la tecnología y nuestros propios conocimientos para crear algo nuevo a partir de algo que ya existe y seamos insoportables con los detalles. No tratemos de hacerles creer a nuestros profes y clientes que “eso es transfer” cuando lo hicimos en PC. ¡NO! Empapémonos del mundo del transfer (por poner un ejemplo), entendamos cómo funciona, qué se hacía, cómo se hacía, para qué servía, etc. y reinterpretémoslo para que funcione ahora. Creemos algo nuevo teniendo a favor todo lo que la tecnología nos puede dar. Obvio, el primer paso es tomar la referencia y tratar de imitarla, pero tengámosla bien cerca y démosle una vuelta de rosca más. Sumémosle algo al trabajo, algo de lo nuestro.

No basemos toda nuestra música en efectos de voz, el “WahWah”, el autotune, tratemos de ver cómo podemos usar todas esas herramientas para generar algo distinto y tener otros puntos de partida. Creo que se puede hacer una analogía a lo que dijo Todd Edwards (colaborador de Daft Punk en su último álbum) respecto de la forma de repensar la música que tuvo el dúo: “Cuando la música se enfoca en los efectos que se usan, o los sonidos predeterminados, es sólo una computadora. No hay alma. Es irónico que dos androides le estén devolviendo el soul (alma) a la música.”

Estamos en una época en la que todo está al alcance del mouse y nos estamos estancando en referentes.

O eso creo.



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