El 3 de junio de 2015, en 80 ciudades de Argentina se desarrolló la primer marcha bajo el lema «Ni una menos», movimiento feminista surgido como modo de protesta por la violencia contra la mujer y su consecuencia más severa: el femicidio.
En el país, hasta 2016, en promedio se cometía un femicidio cada 30 horas. En este contexto nace «Ni una menos. Ma(r)cho» por Max Rompo.
La pieza denota una consigna clara: una nueva movilización. Ésta muestra una postura ideológica evidente a favor del movimiento feminista, de la lucha por la igualdad de género y erradicación de la violencia.
El juego está dado mediante un recurso retórico simple, claro y fuerte a la vez. A través de una leve modificación en la línea base de la R y una pequeña rotación como operación semántica, se logra transmitir un doble mensaje que hace alusión al estigma de macho (figura antagónica del movimiento) y a su vez a la marcha que se llevó a cabo por la lucha de los derechos de la mujer a cargo del movimiento mencionado anteriormente. De igual manera se puede llegar a establecer una conexión a partir de la idea de esa misma R «cayendo» de su eje y una premisa muy popular dentro del feminismo: la caída del patriarcado.
Puede entenderse que el afiche será usado en un contexto en el que debe destacarse por entre una multitud de gente (y entre otras piezas que contengan texto), a grandes distancias y no perder legibilidad o impacto. Esta intención se ve reforzada por la elección tipográfica: Helvetica font.
El diseño de la Helvetica encarna el concepto de que la tipografía debe apoyar absolutamente el proceso de lectura, que la comunicación clara es el objetivo principal. Parece pertinente la elección de esta fuente que carece de carga ideológica o estilística fuerte para asegurar que el mensaje no se vea contaminado o de alguna forma influenciado ante los ojos de quienes lo reciban.
También podemos hacer hincapié en el contraste, que está dado no sólo por la fuente sino también por el croma, sumado a la escala y la ocupación del espacio en el campo visual. Todos estos factores combinados acentúan el propósito de la pieza: buscar atraer e incomodar de igual manera al espectador con una frase breve pero efectiva, y presentar un mensaje versátil, conciso, con impacto, reducible en escala y pregnante.
Si bien no sabemos si la pieza fue impresa o no (o pensada para dicho fin), bien podría serlo y seguir resultando funcional en diversos tamaños y formas: stickers para formatos de visualización más pequeños, afiche para vía pública, estampa en textil o para ser conservado en su presentación digital.
Por otro lado, cuando hablamos de impacto no necesariamente estamos hablando de una puesta grande, «correcta», centrada y con una tipo de fundición. Como se ve en los siguientes ejemplos, a veces la gestualidad y la emoción que cargan nuestros puños puede causar el mismo o incluso mayor impacto que el que presenta una tipografía mecánica.
Hay un condimento especial en lo manuscrito que deja el activismo al alcance de todxs (haciendo caso omiso al estrato social, económico, cultural o educacional), que establece una relación cercana y única entre el cartel y quien sale a marchar. Muestra la diversidad de todas las voces que se unifican bajo una misma lucha y apela a la subjetividad de cada unx. Estos atributos quizás se deban a que no consta de operaciones semánticas o metáforas, sino que el mensaje está explícito en el gesto de la mano que emula el grito de reclamo.
Concluimos en que la función de la pieza es protestar contra el constructo preestablecido de injusticia hacia las mujeres. ¿Cómo? Hablándole a los «machos» de la sociedad y recalcando que ni una más va a padecer la violencia, la discriminación, el abuso, maltrato, desigualdad, o muerte en manos de los hombres; que en su lugar va a salir a marchar a las calles y hacerse escuchar, hacerse ver, hacerse valer, hacerse leer.
Fuente bibliográfica:
https://maxrompo.com/Ni-una-menos-march
https://www.linotype.com/es/1308886/helvetica-familia.html