Amor por lo viejo: ¿mera nostalgia?
Autor/a: Francisco Coda
Un breve análisis de cómo esta tendencia vuelve a incursionar en la sociedad trayendo de regreso un sinfín de posibilidades por explotar. El vinilo y otras manifestaciones artísticas.
Los ámbitos indie, lo under, allí donde lo comercial o masivo no premia y donde los miedos suelen esfumarse para dar paso a la experimentación y el disfrute personal en su estado más sincero. Quizás es allí donde surgen y resurgen los estilos más particulares e interesantes. Quizás es esa misma actitud lo que dio lugar a este nuevo boom del vinilo: animarse a dejar de lado lo que se espera ver y rescatar aquello que nunca terminó de perderse del todo.
Es así cómo en los últimos años surgen todo tipo de movimientos y expresiones artísticas con fuerte base en tiempos pasados. Géneros como el Steampunk, juegos con arte pixelado, grupos recreacionistas medievales, dibujos animados como Adventure Time o Regular Show, vinilos… Cosas que otros ven y dirían: — Nadie haría eso hoy en día —. Y aún así, muchos lo hacen.
Por ejemplo, desde hace ya un tiempo que en varias partes del mundo músicos y compositores se dedican una vez más al desarrollo de chiptunes (música comúnmente generalizada como “8-bits”). Este tipo de música es sintetizada en tiempo real por el chip de sonido de viejas consolas de videojuegos y ordenadores, como la GameBoy, la Commodore 64 o el Family. Sus ruidos y sonidos son sumamente particulares e interesantes, pero lamentablemente suelen ser asociados únicamente a un género de “videojuegos retro”, infantil, de baja calidad, sin real valor musical. Por suerte (y al igual que todos los ejemplos dados), aún hay gente que puede apreciar su verdadero valor y poco a poco va haciendo crecer el ámbito al que pertenecen.
Y es que, al fin y al cabo, ¿qué es la calidad? ¿La cantidad de píxeles que entran en una pantalla? ¿Más es mejor? Más tecnología no equivale a mejor calidad percibida, hay muchos factores en juego. La nostalgia sin duda tiene su dosis. Después de todo, muchos crecieron cuando algunas de estas cosas estaban de moda. Sin embargo, eso no quita que su valor técnico y expresivo sea equiparable a cualquier otro tipo de manifestación moderna.
Estamos viviendo un boom de la industria independiente. Plataformas de crowdfunding como Kickstarter o Indiegogo permiten a estos grupos reducidos financiar sus proyectos que de otra forma una empresa grande jamás se arriesgaría a producir, o al menos no con la libertad suficiente.
Voy a introducir un término que leí en un artículo muy interesante que habla sobre el paso del arte 2D a 3D en los videojuegos, y cómo el primero se fue volviendo obsoleto. Este término es el “fetichismo por lo HD”. La sociedad consumista nos impone que todo avance debe estar orientado cada vez más y más hacia un realismo y tecnologías mayores, hacia un “progreso”. Sucede con todo aparato tecnológico del mercado.
Aún así, un reducido pero creciente público sigue optando por un tipo de arte de “baja calidad”, “pixelado” (término muchas veces usado despectivamente), un tipo de arte rodeado de prejuicios pero que está teniendo un revival similar al asunto que nos atañe, el vinilo. ¿Es un tema económico? Al contrario, dado que el tiempo, paciencia y conocimiento requeridos para crear (y ni hablar de animar cuadro por cuadro) una pieza de este tipo suele ser mayor a muchas otras técnicas posibles. Pero es en la claridad y el control que te dan dibujar una pieza píxel por píxel en donde reside el valor de esta técnica. Es por eso que tantos artistas increíbles siguen optando por volver a los viejos tiempos pero sin las limitaciones de entonces, para crear nuevamente todo tipo de genialidades.
Es algo que viene pasando cíclicamente y en todos los ámbitos: pasa en la música, pasa en el arte, en el diseño, la vestimenta y el entretenimiento.
Entonces, ¿es la vuelta al vinilo una mera nostalgia hacia lo ya vivido? Yo creo que no, que siempre hay lugar para revivir y reinventar valores pasados, seguir explotando el potencial que éstos tienen y entender cómo funcionaban para adaptarlos lo mejor posible a nuestra época. Nostalgia o no, afortunadamente la cultura vuelve a mirar hacia atrás antes de mirar al frente.
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Imagen destacada: Rider, por Fool
Tema musical: Milky Ways, por BossFight
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