Categories

Tipografía — Composición

Del papel a la pantalla

El desafio compositivo en la transicion de la industria editorial a la era digital.

La revista Dazed and Confused fue creada en 1991 en Londres, Inglaterra. Es un medio de comunicación contracultural que difunde la cultura de vanguardia y juvenil que tiene como fin visibilizar artistas emergentes y crear tendencias alternativas. Destinada al público underground de creadores, artistas, diseñadores y músicos, de cualquier género, dándole lugar a la comunidad LGBTIQ+, la revista responde a la problemática de la monopolización de la cultura de masas. 

La versión web que analizaremos fue lanzada en 2008, en un contexto donde, si bien existía internet desde hace un tiempo, se dio el boom de facebook, que causó  una proliferación de páginas webs. Entre ellas, la digitalización de publicaciones impresas. Gracias al postscript y a la comercialización de tipografías, comenzó a democratizarse internet y la tecnología, dando lugar a que la tipografía sea más accesible que nunca. 

En la interfaz, podemos observar que la revista propone una estética relacionada a las tendencias de los años 90s, en donde el maximalismo propuesto en la versión física se traslada a la interfaz de modo minimalista haciendo uso de tipografías geométricas, pesadas y expandidas, así también de colores llamativos y neón. La tipografía cumple un rol sustancial a nivel identitario y compositivo: con el uso de tipografías nobles geométricas y expandidas, en caja alta y variables pesadas, se genera un lenguaje que responde a lo que quiere comunicar la revista y, a su vez, se alinea con las tendencias de diseño contemporáneas. Gracias a la composición, responde a la estética que propone y al mismo tiempo se identifica y lee fácilmente la información. El uso de variables es consistente: aunque sólo usa dos, se entiende fácilmente la función de cada variable: minúscula regular para lectura, mayúscula black para los títulos. De esta manera, la tipografía ordena visualmente el espacio: acentúa la decisión de que la pantalla esté estructurada por ejes paralelos con columnas y filas, a diferencia de la revista impresa en donde esa estructura también la delimita las imágenes, no solo la tipografía. En conclusión, la tipografía responde a la grilla y la evidencia.

A diferencia de la página web, donde se presenta una arquitectura de la información evidente, modulada y con un orden claro, la revista impresa propone diversas formas de componer su contenido, donde el protagonismo no solo lo tiene la tipografía sino también el uso de imágenes y otros componentes gráficos. Se puede observar el uso de diferentes familias tipográficas con un amplio empleo de variables y un constante juego entre tamaños y jerarquías. Además, se utilizan modulaciones variadas y diversas paletas cromáticas: se propone una composición mucho menos convencional. 

En conclusión: la edición impresa tiene una exploración compositiva mucho más rica, explotando al máximo los recursos gráficos y tipográficos. En contraposición, la interfaz se apoya notablemente en el uso de la tipografía de forma sistemática y repetitiva para generar una identidad y una experiencia de usuario más amigable, proponiendo principalmente una lectura rápida e intuitiva, respondiendo de esta manera a las condiciones que se presentan en la actualidad, donde los consumos son efímeros y la instantaneidad es esencial. Entonces, el traslado del contenido se hace de forma acotada: permitiendo al usuario su consumo, a diferencia de la posibilidad de lecturas inmersivas que se proponen en la versión impresa. La interfaz de la revista se vuelve entonces un especie de blog con pocos recursos, contenido claro, corto y conciso, dejando atrás la complejidad de la revista impresa.

Imagen de doble pagina de la edición impresa. Año 2016