El cartel forma parte de una campaña propuesta por AnimaNaturalis en contra de la corrida de toros, una fiesta en la que se corren o lidian toros bravos, a pie o a caballo (rejoneo), en un recinto cerrado para tal fin, la plaza de toros; es una tradición bastante popular en España y tuvo sus orígenes allí a finales del siglo XVIII. Esta organización cuenta con varias campañas en contra de esta costumbre española y el maltrato de los animales en general.
La pieza pretende concientizar y transmitir que el maltrato animal está mal y que no es aceptable, que no es una costumbre, ni parte de una cultura, en este caso la española y que no tiene que ser una tradición. Con respecto a esto, la pieza busca impactar, generar una pregunta y replantearse ideales y lo que uno piensa. Hay un juego de palabras entre las que están tipeadas con la tipografía de molde y las manuscritas. Con una cruz roja lo que el autor pretende es tachar una parte de la palabra para cambiar el significado de la misma y su connotación, logrando reforzar el mensaje que se quiere comunicar con el juego de palabras como sucede con traDición – traición o MATarte, poniendo en tela de juicio aquella costumbre tan violenta que sobre pasa los derechos de otro ser vivo, analizando la delgada línea entre algo que se considera cultura por los seres humanos españoles pero que termina siendo una tortura para los animales que forman parte de esta fiesta.
El partido conceptual y lo que dice la pieza dialogan de forma muy fuerte y directa, el concepto se ve reforzado y asentado gracias a las características tipográficas que podemos observar. El color rojo de la tipografía manuscrita connota sangre, muerte y esa crueldad y violación hacia el animal y sus derechos, el color busca, mediante su significación, aportar al carácter expresivo de la pieza. Asimismo la desprolijidad o el no uso de una grilla, las palabras que no están siguiendo un reglón o una línea dan a entender que fue escrito urgentemente y con desespero.
En la tipografía display se hace uso de un recurso con aspecto a sucio o como si fuese un molde impreso que también podría llevarnos a la forma en la que marcan a las vacas en la ganadería, como un producto comercial, lo que también podría simbolizar ese concepto de “sello” industrial, de algo que ya está marcado socialmente e instaurado en el mercado y que necesita ser cambiado, también puede llevarnos a pensar en esa suciedad de la arena donde se realizan las carreras. Otra pista que nos da indicio de esa intención es que la tipografía al no estar alineada nos refuerza aún más esa connotación de sello. Es una forma también de interpelar al espectador de forma inconsciente. Por eso, estos recursos no son para nada arbitrarios, tanto con la tipografía display como con la manuscrita podemos ver y notar que se busca transmitir algo y que hay un posible porqué detrás de la elección tipográfica y de los recursos gráficos empleados por el autor, este propósito es, luego de su análisis, fuerte y claro. Son estos recursos, precisos y con cierta crudeza, lo que convierten a la pieza en eficaz.
Al ser una pieza en donde la única protagonista es la tipografía, ésta se defiende muy bien conceptualmente. Se genera un dialogo chocante e incómodo y hasta casi podría poder llegar a ser provocativo, tanto así para la industria ganadera como para las tradiciones de un país en el que la crueldad y el sufrimiento de los animales no son tenidos en cuenta poniendo por encima el interés económico y el egoísmo personal de cada individuo ante el cuidado de un animal.
La tipografía de molde utilizada en la pieza está inspirada en ʽʽel entorno áspero de una ciudad moderna y refleja la naturaleza contradictoria de una cultura juvenil global emergente. Desde su primer lanzamiento, a finales de 1999 ha formado parte de numerosas campañas de productos. PF Fuel crea una apariencia personalizada, cuando los mismos personajes se sientan cerca o uno al lado del otro. Puede que le resulten útiles: caracteres alternativos en minúsculas o acceder a ellos a través de la función OpenType Pro de estilos alternativosʼʼ.
Más allá de la descripción de la tipografía brindada por la página del creador, podemos hondar más profundo y ver a que clasificación tipográfica puede agruparse.
La hemos encontrado muy parecida a la tipografía franklin gothic, más específicamente a su variable extra condensada. Esta fue diseñada por Morris F. Benton para la American Type Founders Company y es una de las tipografías sans serif más populares y una de las más usadas dentro del estilo grotesco. Ahora, adentrándonos un poco más en la historia de la familia tipográfica de las “sans serif grotescas”, podemos decir que fueron una de las primeras tipografías sin remate y, con el vertiginoso desarrollo económico y comercial que significó la Revolución Industrial, las sans serif expandieron su campo de acción. Al surgir la nueva industria se precisaron nuevos medios masivos de comunicación para publicitar sus productos; entre ellos, los medios impresos: afiches, volantes, carcelería urbana y avisos en diarios y revistas. La tipografía, tradicionalmente usada y aplicada al ámbito académico de los libros, debió adaptarse a esta nueva función: llamar la atención del potencial consumidor que vive, consume y recorre en la ciudad. De este manera, las tipografías sans abandonaron el exclusivo ámbito de la disciplinas profesionales para pasar a ser parte del paisaje visual urbano. No sólo en los medios masivos impresos sino además, por su aspecto simple y formal, en maquinarias, locomotoras, barcos y demás innovaciones industriales de la época. Su incorporación y asimilación no fue inmediata. Pero al cabo de poco tiempo, con su progresivo uso y aceptación, estas letras empezaron a ser comercializadas.
¿Qué queremos comunicar y a donde queremos llegar con todas estas reflexiones acerca de la historia de las sans serif?
Nuevamente, nada en esta pieza está colocado arbitrariamente. La tipografía de palo seco, más allá de ser display y tener ciertas características fantasiosas o decorativas como son las marcas de sello, es una tipografía con caracteres grotescos, con un trazo uniforme y casi sin contraste entre finos y gruesos, también podemos observar una estructura rectangular en sus curvas, como así lo evidencian las O o las C, por ejemplo. Este tipo de antecedente que carga la PF Fuel Pro nos pone a pensar en lo que remite: comercialización. Más allá de la corrida de toros, la pieza se puede hacer cargo de varios acontecimientos de maltrato animal como lo es la cría de vacas o demás animales para el consumo masivo de la sociedad. Ver al animal como un producto del mercado, marcarlo con un sello, ponerle un número, un precio. Comercialización animal, y la elección tipográfica hace justicia al concepto. Es más si nos alejamos unos momentos del contexto que engloba a la pieza y por la cual fue hecha y nos venimos a nuestro país, estos conceptos se ven reflejados también en que forma parte de nuestra ‘’cultura’’ el consumo de carne lo que nos lleva al mismo punto de debate y por lo cual el activismo alza la voz, el maltrato animal y la perdida de sus derechos. Y en España por la comercialización desde un lado cultural, más allá del consumo, de brindar entretenimiento.
Cambiando de perspectiva, observamos la tipografía manuscrita. Se puede decir que es auténticamente escrita a mano, ya que ninguno de sus signos se parece al otro, como así tampoco se respeta un criterio en la interpalabra e interletra. Como ya hemos mencionado, este texto está compuesto por combinación de caracteres de caja alta y caja baja, las palabras tipeadas en caja alta son las más importantes dentro del mensaje de la pieza por eso no es ilógico que se haya elegido así; aunque en ciertos momentos, si alineamos el texto, pareciera que los signos en mayúscula cabrían dentro de la caja de las minúsculas, convirtiéndose en versalitas.
Para ir finalizando con este análisis realizamos una búsqueda de la definición de tal práctica y una página nos proporcionó esta definición: “La lidea del toro bravo es un arte, un ritual preciso que tiene un lenguaje propio, lleno de matices y variables que al conocerlas nos permite apreciar más en profundidad este ancestral espectáculo”. Acá nos damos cuenta de la visión cultural de España, cierta parte de su población considera a la corrida de toros como un verdadero arte, un espectáculo, un entretenimiento, una actividad en donde todo tiene una sincronización y organización, terminando con la teñida de heroísmo hacia el matador y la muerte del toro. Como si fuera poca cosa, en el mismo año 2010, Cataluña aprueba la norma contra la corrida de toros que se ejercería a partir de 2012; sin embargo en España existe la ley contra el maltrato animal exceptuando al toro, avalando el sufrimiento físico y psicológico que les toca vivir en cada festejo.
Ahora sí, teniendo un poco más aclarado el panorama contextual de la práctica de corrida de toros podemos darnos cuenta que las frases empleadas no son solo frases y ya, es un lema de lucha cultural contra la corrida de toros. Podemos evidenciar con fotos de marchas u otros carteles con la misma finalidad donde emplean este lema a modo de protesta volviéndolo en un emblema contra la corrida de toros. Mencionamos que era una actividad en donde todo tiene una organización, la pieza que analizamos justamente es todo lo contrario.
Así como con el uso del mismo juego de palabras, también se recurre frecuentemente al uso de los mismos recursos como la suciedad o la sangre; si bien en esta pieza que estamos analizando la sangre esta semantizada con tipografía, muchos de los carteles de protesta hacen un uso más explícito de esto y utilizan imágenes e ilustraciones.
Así como esta tradición española tiene sus rituales, sus reglas, sus tempos, actuando casi como una performance majestuosa y divina, no es nada más ni nada menos que sadismo. La manera en la que la bautizan como un arte cultural nos hace pensar en la frialdad de la cultura y el desinterés por la vida del animal, total es un objeto funcional a su mero entretenimiento. Desinterés que puede verse reflejado en la pieza por esa escritura manuscrita en la parte inferior de la pieza que parece estar escrita de forma rápida, sin dedicación y sin pensar en su final ni en cómo va a quedar.
Por esto mismo, los carteles de protesta siempre tienen esa misma impronta, quieren transmitir lo crudo y lo sádico de estas prácticas.
Cuanto más visible sea la crueldad más eficaz será el mensaje.