Packaging tipográfico en la industria farmacéutica

El otro día al buscar una pastilla para el dolor de cabeza, por un momento me quede observando varias cajas de medicamentos que tenía en el botiquín de mi casa. Al siguiente día, ya sin dolor de cabeza, pude observar con más detenimiento el manejo tipográfico que tenían, y básicamente las podía clasificar en dos […]

El otro día al buscar una pastilla para el dolor de cabeza, por un momento me quede observando varias cajas de medicamentos que tenía en el botiquín de mi casa. Al siguiente día, ya sin dolor de cabeza, pude observar con más detenimiento el manejo tipográfico que tenían, y básicamente las podía clasificar en dos grupos: Uno, productos más comunes que puedes comprar sin receta médica, con combinaciones de familias que en algunos casos no funcionaban del todo, un packaging con más manejo de color, y en algunos casos con ilustraciones que acompañan el concepto.

El otro grupo cajas de medicamentos con un diseño de carácter más serio, con un desarrollo en el packaging con familias tipo palo seco san serif. Ahora me podría preguntar por qué el diseño de algunos  medicamentos tiene ese carácter tan neutral? Entonces encontré un artículo que daba este crédito al diseño suizo; descubriendo que la industria farmacéutica en Suiza fue precisamente una de las grandes impulsoras del diseño helvético, lo cual ha hecho que nuestro botiquín respire ese aire limpio y tipográfico.

Pero ¿qué se conoce como diseño suizo? A mediados del siglo pasado y heredando de la Bauhaus algunos de sus principios y su herencia tipográfica, desde Alemania, pero sobre todo en Suiza, se crea un nuevo movimiento de diseño gráfico que saltaría rápidamente a Canadá y Estados Unidos, convirtiéndose en lo que se conoce como diseño moderno. Este estilo estaba basado en el orden, en las retículas modulares, en el diseño más funcional y legible posible y, por tanto, suponía claridad en la comunicación, sin ornamentos ni decoraciones, resultando perfecto para comunicar mensajes en varios idiomas.

Esta misma claridad es la que nos lleva a asociar el diseño de packaging de medicamentos con familias tipográficas como la helvética. Con el tiempo esta corriente de funcionalidad y claridad, de “el menos es más” terminó conociéndose como Estilo Tipográfico Internacional, con los tipos de letra claros y sin serif como elenco principal y con la Helvética como gran protagonista, que es a la tipografía lo que las navajas suizas al mundo de la supervivencia, una multiusos. Esta fuente fue creada en 1957 por el suizo Max Miedinger (1910-1980), quien comenzó rediseñando la Haas Grotesk, basada en la Akzidenz Grotesk, y la llamó Neue Haas Grotesk. Ya en 1982, Microsoft la copió y bautizó como Arial a su versión para no tener que pagar las licencias de uso para incluirla en su sistema operativo Windows.

Con Helvética puedes escribir cualquier cosa en la caja de un medicamento y sonará a medicamento, porque nos hemos acostumbrado a este formato, a esta herencia europea. Es lo que tiene que ser una fuente neutra la puedes poner también en la cola de un avión (Lufthansa o American Airlines), en un coche (BMW, Jeep o Toyota), en un operador de telefonía (Orange) o señalizando el metro (Nueva York o Madrid), también idónea para identidades corporativas.

Por este desarrollo podemos concluir, que desde la herencia de la Bauhaus, pasando por el legado de Jan Tschichold  y toda buena forma del diseño suizo, estamos inmersos en mundos de influencias europeas, en artículos de la cotidianidad, y que podríamos pensar que al pasar del tiempo seguiremos de alguna forma atados a estos lineamientos hasta que haya un nuevo cambio de paradigma, de la forma de pensar y consumir de la sociedad actual.