Luchar contra el analfabetismo

En el 2012 un grupo de 100 artistas provenientes de diferentes partes del mundo se unieron a este proyecto, surgido en Bélgica, que deseaba luchar contra el analfabetismo rediseñando las portadas de los libros que están entre las «100 mejores novelas de todos los tiempos».

La convocatoria fue exitosa, artistas de diferentes partes del mundo deseaban forman parte de proyecto, y al decidirse tenían una lista de 100 participantes entre ellos: ilustradores, diseñadores, directores de arte, pintores, artistas, fotógrafos, incluso estudiantes de arquitectura y profesores.

Bastante gente de Bélgica, Reino Unido, España y otros países europeos formaron parte de este increíble proyecto, pero lo atractivo fue que desde que se inició fue a nivel mundial por lo que  también  llegó a artistas de Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Singapur, Honk Kong, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Turquía,Israel, Rusia, Argentina, Brasil y México.

El resultado fue espectacular, con una gran colección de portadas que atrajo al público, ya que tenían la esperanza de que esta colección llame la atención de las personas en relación a la lectura de hoy en día. Algunos carteles llevaron al espectador de vuelta a la experiencia de lectura agradable de esos clásicos que muchos leimos en la escuela (como es  el caso de Don Quijote) y también los cautivo esta nueva interpretación del artista que invita al espectador a releer un libro, pero todos y cada uno de los 100 carteles recuerda la importancia de saber leer promoviendo ante todo la educación.

Algunas de las portadas representadas fueron: ‘Ulises’ de James Jayce, ‘Todo se desmorona’ de China Achebe, ‘Moby dick’ de Herman Melville, ‘Man without women’ de Ernest Hemingway, ‘Lolita’ de Vladimir Nabokov, ‘Frankenstein’ de Mary Shelley, ‘Don quijote’ de Miguel de Cervantes y ‘100 años de soledad’ de Gabriel García Marquez.

La colección se presentó el 8 de septiembre proclamando el Día Internacional de la alfabetización por la UNESCO y viajó por diferentes lugares como Bruselas, Maastricht y Londres. Los carteles se vendian en línea para ayudar a financiar la lucha contra el analfabetismo y por cada cartel vendido 5 euros se destinaban a proyectos de la UNESCO en África y 5 euros iban al diseñador de la portada.

Quise compartir esto no solo porque me pareció sumamente importante este proyecto en el que los diseñadores estamos conectados con las problemáticas actuales sino que además quería compartir (como ya vimos en la    teórica) el impacto que tienen las portadas a la hora de elegir un libro para leer. Me pareció atractiva la propuesta de poder admirar la gran variedad de portadas de estos distintos diseñadores y que, cada uno de ellos con su impronta representa una nueva propuesta de portada de los clásicos de la literatura.

Les dejo el enlace para que puedan ver todas las portadas.