El concepto: fundamentando mi trabajo
Muchas veces caemos en el error de trabajar sin un concepto para luego ver cómo todas nuestras decisiones se caen. Otras, se nos dificulta enfrentarnos a una hoja en blanco y no sabemos de dónde sacar inspiración. En este post quiero remarcar la importancia del concepto tanto para ayudarnos a trabajar como para definir el trabajo y lograr que se sostenga a sí mismo.
A la hora de encarar la revista los profesores insistieron en la búsqueda de un concepto en el que se centraría cada una de las decisiones propuestas de ahí en adelante.
El concepto no es sólo una excusa para generar gráfica, sino que nos da las herramientas para que un proyecto tenga una identidad propia que lo diferencie de los demás y que genere atracción o rechazo. Estos condimentos son necesarios si queremos que nuestra revista se sostenga por sí sola.
A lo largo de la cursada se vieron y se verán trabajos sin tal concepto. Numerosas fueron las veces en el año en las que se habló de plagio por esa bendita/maldita vidriera. Se trata de trabajos que son estéticamente vistosos pero que carecen de una identidad que los separe de un trabajo vecino, o que rescatan de otro lugar –que bien podemos llamar referente– esa estética pero que, sin su fundamento, hace que tales recursos terminen en un trabajo hueco, vacío. Les falta esa previa conceptualización de la idea a expresar que evite que el proyecto caiga en una gráfica atractiva sin una idea singular que la sostenga.
Ahora, ¿cómo se llega a un concepto lo suficientemente estable que me de los recursos necesarios para que mi proyecto se sirva de soporte a sí mismo?
Nosotros empezamos detallando un mapa mental en el que bocetamos un nombre que le daría identidad a la revista, seguido de un conjunto de posibles notas y secciones. Así, quedaron definidos una serie de puntos tales como de qué temas trata, a quién está dirigida la revista y cómo se expresa a tal receptor.
¿Qué?- Aclarar cuál es nuestro objetivo a alcanzar. La idea o conjunto de ideas que nos permita cumplir tal objetivo.
¿Quién?– Establecer el target de la revista. Definir cómo sería el lector ideal, qué piensa, cómo vive, qué hace.
¿Cómo?– Ésto nos ayudará a definir el lenguaje a utilizar. Aquí hago referencia tanto al texto de las notas (¿serán redactadas en un tono irónico, estableciendo una relación igualitaria con el lector? ¿o buscarán la objetividad y pondrán a la revista como poseedora de la verdad?) como a las imágenes (¿qué tipo de imágenes serán? ¿tendrán un tratamiento gráfico? ¿cómo se relacionarán estos elementos con el concepto?).
Ya definido mi concepto, es ahora cuando puedo definir mis referentes. Sé dónde buscar porque sé qué buscar. Qué universo de gráfica encuentro pertinente para lo que quiero expresar. Con qué paleta de recursos me encuentro ahora que definí qué y cómo lo quiero decir.
¡Gracias por leer!
Etiquetas: concepto, creación, idea, mapa mental, revista