Tipografía y polifonía literaria: una excusa (o no) para explorar la combinación de familias

La palabra “polifonía” (del griego “poli”=variedad, multiplicidad y y “phone”=sonidos) hace referencia a la inclusión de muchos sonidos que, aunque suceden en simultáneo, crean un todo armónico. Es muy común detectarlo en la música o al leer entrevistas en alguna publicación periódica. Pero no son los únicos casos. En literatura muchas veces se utiliza como […]

La palabra “polifonía” (del griego “poli”=variedad, multiplicidad y y “phone”=sonidos) hace referencia a la inclusión de muchos sonidos que, aunque suceden en simultáneo, crean un todo armónico. Es muy común detectarlo en la música o al leer entrevistas en alguna publicación periódica. Pero no son los únicos casos. En literatura muchas veces se utiliza como recurso para narrar un mismo momento desde el punto de vista de distintos personajes, o quizás de uno solo que recibe cartas de otros. Hay de todo. La cuestión entonces es ¿necesitamos sí o sí diferenciar gráficamente esas instancias? ¿Qué herramientas pueden valernos para reforzar dicha estructura? ¿Podemos, por el contrario, confiar en que el lector por sí mismo, con solo leer un texto sin variantes capte de manera correcta el contenido?

Como estudiante de diseño, una de las primeras cosas que nos enseñan es que los elementos que vamos a utilizar en cada proyecto no deben ser ni ingenuos, ni arbitrarios (por ejemplo, poner algo por el simple deseo de que “se vea lindo”). Intentamos lograr que un contenido que se nos es asignado llegue a su destinatario final de la manera más adecuada.  Pero entonces ¿cuál es la mejor manera de incluir muchas voces en un libro? ¿Influirá si es un cuento o una novela? ¿Es lo mismo si está dirigida a niños o a adultos? ¿O si cada personaje tiene su capítulo diferenciado o no? La respuesta lógica sería que no, que cada caso es particular y no existen recetas que apliquen a todos los casos por igual. Por eso, como amante de los libros me gustaría analizar algunos casos en particular que tengo a mano y me parecen interesantes (o no tanto) por distintas razones.

 Caso 1: Animales fantásticos y dónde encontrarlos, de J. K. Rowling (Editorial Salamandra)

Esta edición de bolsillo posiblemente sea la menos “vistosa” de todas las ediciones relacionadas con el mundo de Harry Potter pero lo interesante es que se apoya en la combinación de familias tipográficas para transmitir un mensaje muy simple: alunmos que tienen un libro para leer y dado a su aburrimiento o a la travesura típica de la infancia, lo intervienen.
De esta manera, se pueden detectar a simple vista dos momentos:  el primero de lectura clásica, emulando un manual, con el texto central en una fuente de trazo gradual y serif con subtítulo en la misma tipografía, pero en una variable versalita y negrita; y el segundo, por el contrario, de lectura secundaria, con una fuente más caligráfica que imita la escritura de distintos personajes (Harry, Ron y Hermione)

Lo que me hizo elegir este libro fue que la decisión es muy simple y muy acorde al público al que está dirigido (infantil) porque el juego que propone aparte de resultar divertido, le permite identificar de manera rápida las dos tipologías a un lector que posiblemente no sea tan experimentado como un adulto.

Caso 2: El herbario de las hadas, de Sábastien Perez y Benjamin Lacombe (Editorial Edelvives)

Este segundo libro, también dirigido a un mundo infantil, tiene un formato mayormente de bitácora del personaje principal (un biólogo ficticio de finales del siglo XIX) que, a su vez mantiene correspondencia con diversos personajes. En ese sentido, al igual que el caso anterior, se incorporan distintas fuentes a fin de diferenciar cada voz:

Lo que me gusta de esta edición es que si bien abundan tipografías caligráficas o de fantasía (estas últimas en subtítulos) en ningún momento se torna molesta la lectura ni pareciera un catálogo de fuentes. Además, usar ese estilo le da cierto aire de intimidad y, cuando se emulan notas de periódicos, loa combinación es más clásica lo que genera otros climas.

Caso 3: Tormenta de espadas, George RR Martin (Editorial Plaza & Janés)

Este título está, a diferencia de los dos anteriores, dirigido a un público adulto. Para los que no lo han leído, todos los libros de la saga están contados desde el punto de vista de varios personajes, diferenciado por capítulos y no siempre es parejo cuántos capítulos tiene cada uno (quizás un personaje aparece medio libro y otros en dos o tres ocasiones). Tampoco son siempre los mismos personajes los que narran en toda la saga porque muchos mueren en el camino o quizás un libro se centra en un área particular de ese mundo ficticio.

Lo que entonces podrá notar quien abra estas ediciones es que la tipografía es constante en todo el libro, ya que, como se ha anticipado, desde la estructura se diferencian las distintas voces. Una explicación a la que llegué de por qué se tomó la decisión es porque el público es distinto. Un lector más experimentado no requiere que le digieran tanto desde el diseño cuándo habla un personaje u otro. Aparte, sería molesto a la lectura cambiar constantemente de familias ya que a diferencia del libro de Benjamin Lacombe, las intervenciones son mucho más largas.

Caso 4: Persuasión, Jane Austen (Editorial Gradifco)

Por último, este clásico de la literatura (que narra la vida de la Anne Elliot, una joven de buena posición que dada ciertas circunstancias se reencuentra con un viejo amor luego de casi una década de haber terminado la relación) está narrada en tercera persona y, sobre el final del libro la protagonista recibe una carta de este viejo amor (El capitán Frederick Wentworth) y, como podrá verse en la foto, la tipografía es la misma que la del texto principal. Al igual que Tormenta de espadas,   lo relacioné con el público, pero, a diferencia de lo que pasa en la edición de Plaza y Janes, en gradifco (que tiene una editión más económica) los espacios en la página no abundan y aunque aparece una post data, en ningún momento se hace notar ni por la sigla (PD) ni por una línea en blanco. El lector interpreta que pertenece a esa instancia por lo que viene leyendo del capítulo y aunque no es nada grave, me disgusta que se torne confuso cuando la solución podría ser bastante sencilla. En conclusión, con este mínimo panorama me pareció interesante poder reflexionar qué opciones podemos encontrar, o apropiarnos, a la hora de diseñar libros literarios con la inclusión de muchas voces en la narración. Los recursos son tan variados como los públicos o el carácter que se busque dar.