Mirar más allá de lo que creemos ver

Es cotidiano ver murales con diversas tipografías e ilustraciones. En este caso voy a focalizar en los de la Villa Puerta de hierro. En algunos reclaman por derechos, como la inclusión, en otros despiden a amigos caídos por la droga o enfrentamientos. Pero me voy a centrar en esos murales en los que la tipografía comunica y hace resonar las paredes convirtiéndolas en gritos que proclaman ayuda social.

Tuve el placer de poder ir hace un par de años a la Fundación Cadena que se encuentra frente a la Villa Puerta de hierro. Volviendo a esa realidad me enfoque en las historias que hay detrás de cada uno de esos murales y lo que realmente quieren transmitir, que en parte es esa lucha por la inclusión en la sociedad.
La Fundación Cadena es un hogar de día, en el que asisten entre 30 y 40 niños en situación de riesgo, debido a la ausencia de sus familias, problemas de nutrición, sin escolaridad y con falta de acompañamiento educativo.

Hace poco tuve el testimonio de Jesús Cabral 18 años, un joven que concurre desde chico al hogar. Hablamos sobre la frase dicha por nuestra gobernadora “Nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la universidad”.El demostró estar muy dolido y me respondió lo siguiente:
“Sentí impotencia, porque es injusto, ella debería incentivar a los que menos tienen y no hacer una bajada de línea de hasta donde podemos llegar. Yo soy un ejemplo, estoy haciendo el curso de ingreso en la Universidad de la Matanza, aprobé matemática, contabilidad y desaprobé seminario. En el hogar hay un  voluntario que me está dando el apoyo que necesito para poder aprobar esta materia”

Este es uno de los casos que da gracia leer, pero la otra cara de la moneda, es que hay muchísimos niños, que además de vivir en pésimas condiciones, no saben leer ni escribir y tampoco tienen una familia que los acompañe. Muchos de ellos al crecer, no tener herramientas ni formación educativa. Están atados por las cadenas de la droga, la discriminación y la falta de trabajo.

Al punto que quiero llegar, es que nosotros, tenemos la suerte de poder estar en una universidad pública y de formarnos como profesionales. Sé y entiendo que quizás no sea nuestra responsabilidad, pero podemos ayudar a su inserción en la sociedad desde nuestro lugar. Creo que somos parte y que hay millones de maneras de hacerlo gracias a los conocimientos que tenemos y que por falta de recursos carecen en ellos.

Llevarles a esos niños, ganas de salir adelante, de aprender y de que se enamoren de una vocación como nosotros. Que su futuro no sea el establecido por un mandato social, si no que tengan la fuerza y herramientas para salir a pelear por lo que ellos desean ser.

Entonces, ¿Visibilizamos lo visible?