Trabaja. Compra. Consume. Muere.

The Designers Republic (1986 – 2009, Inglaterra) nunca fue un estudio mainstream. Sin embargo, se lo considera uno de los más influyentes de los últimos 30 años.

Recuerdo cuando mi mamá me compro la primera PlayStation (PSX ó PSOne, como se la denomina desde la salida de la Playstation 2), la consola venía con un juego de carreras llamado Wipeout. Para la época, 1995, el juego desplegaba un avance gráfico realmente impresionante, pero más impresionante que sus pistas con curvas vertiginosas era su presentación, su HUD, que vagaba entre lo retro-futurista, lo corporativo japonés, y esa grafica vectorial tan propia de los noventa.

Recientemente, mientras buscaba vinilos para realizar el informe pedido por la cátedra y me topé con un vinilo que me atrajo instantáneamente, ¡su gráfica era muy parecida a la del videojuego que me había impactado tanto durante los noventa! Decidí buscar a quien pertenecía dicho vinilo y quien lo había diseñado, inmediatamente google me linkeó a cientos de imágenes que poseían una gráfica similar, todas diseñadas por el estudio inglés The Designers Republic.

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Fundada en 1986, como nombre de compañía, The Designers Republic (tDR) era un movimiento maestro. Esta entidad misteriosa sonaba grande y bien organizada, poseía un aire para nada modesto y tenían un plan de diseño muy claro. Por ese entonces, los estudios de diseño principales tenían nombres prosaicos, nombres de agencias como Smith & Milton, Lewis Moberly y The Partners. tDR fue un paso más adelante, el nombre era una declaración de que en ese territorio el diseño era la administración, el partido popular, el poder gobernante. Lo que sea que esta república fuera, sonaba como el lugar ideal para personas con el propósito y la satisfacción del diseño.

  El logo corporativo de tDR era gracioso e irrelevante, pero tambien “cute”, y eso era algo nuevo. Fusionaron la simplificación grafica del diseño modernista con comics, mangas, videojuegos y cultura japonesa para crear un lenguaje aniñado. En 1990 estas tácticas parecias regresivas, 15 años después, este tipo de brandings comenzó a ser “cool” en el diseño occidental. En la revista Emigre (1994), utilizada como portfolio del estudio, co-fundada con la tipógrafa Zuzana Licko, se publicó a modo de propaganda:

“Operamos un sistema que puede satisfacer todas las necesidades para empresas multinacionales, desde la mierda más fea, hasta el mal uso de sus bastardizados logos en remeras y sellos discográficos. Por un monto adicional, incluso diremos que nosotros diseñamos el logo”.

TDR llamó a su estilo “barroco digital”. Gracias a las nuevas tecnologías era posible componer superficies de increíble complejidad. Un diseño típico del estudio demostraba una tormenta de grillas, dibujos, fragmentos tipográficos y datos técnicos. Un ejemplo de esto es la revista Emigre que editaron, la tapa de la revista focaliza en la imagen de Sissy, una niña aparentemente inocente, sosteniendo un bate de beisball detrás de su espalda. Alrededor de la imagen hay tipografías pomposas y símiles 8-bits pisando bandas de texturas, creando un ruido gráfico muy fuerte, una sobredosis de información.

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Quienes crean que la tarea del diseño es simplificar y clarificar la información verán el trabajo de tDR como desconcertante y sin sentido. Pero es claro que el estudio expresó al máximo el momento tecnológico que atravesaban, capturando el tumulto estético y la liberación personal traída por las nuevas herramientas digitales. Estas eran imágenes simbólicas de un mundo cibernético post-moderno, donde todo podía ser disuelto en ceros y unos para ser re-configurado de acuerdo a los deseos del operador.

Ian Anderson, fundador del estudio, dijo que quería que las personas piensen por sí mismas, sus trabajos poseen preguntas, pero se niegan a responderlas. Sissy encarna esta ambigüedad. Linda y adorable, ella es un producto típico de la industria del entretenimiento que a menudo infantiliza su público. Si no fuera por el bate, no sería una amenaza. Sin embargo, Sissy mide más de dos metros, es un monstruo, un asesino de garrote que quiere reventar nuestras cabezas. Lo que te da placer, implica esta metáfora infantil-homicida, puede destruirte.

El portfolio de tDR constituye una sátira corporativa, jugaron abiertamente el juego del consumismo y no ocultaron sus intenciones, estos anuncios para Pho-Ku Corporation sugieren que, para el consumidor, ni siquiera es lo que se compra lo importante. Es la emoción de tranzar con la marca como fuente de auto-validación individual.

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En el corazón de la visión del estudio residía un Japón imaginario. Anderson no visito el país hasta 1998 y desde afuera parecía representar la más avanzada, extrema e intoxicada forma de consumo capitalista del planeta. En sus diseños, incorporó caracteres japoneses, y admitió abiertamente que no tenía idea de lo que significaban, también re-dibujo tipografías hasta hacerlas casi ilegibles, lo importante era crear un mensaje criptico para el público occidental.

tDR comenzó como un estudio amateur, sin intención ni ganas de sumarse a ninguna escena de diseño. Por otro lado, sus últimos trabajos intentan ajustarse a las preferencias del diseño, el trabajo tipográfico es más sutil y se resuelve cuidadosamente, incluso aplicaron influencias de la Nueva Tipografía de Jan Tschichold. En la tapa del cd que diseñaron para el dj japonés Satoshi Tomiie, usaron sans serifs capitales y paneles de espacio blancos. Es un distanciamiento gigante de la estética basura y la sobrecarga grafica que alguna vez los puso en la cima.

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El estudio cerró sus puertas en el 2009 y sus trabajos se encuentran recopilados en la discontinuada revista Emigre (que ronda los 200 dólares en internet), o esparcidos por diferentes redes sociales vinculadas a contenidos inspiracionales. Muchos de los diseñadores que trabajaban allí abrieron sus propios estudios y ocasionalmente Anderson reúne a algunos de ellos para lanzar algún trabajo bajo el nombre de su difunta compañía.

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