Gisella Denise ValentiniComo muchas subculturas, los miembros de fandoms hablan su propia lengua la cual puede sonar casi imposible de decodificar para personas a las cuales les es ajeno . Como el vocabulario, básicamente, nació en internet, se utiliza mayormente online; y hay un gran uso de abreviaciones, acrónimos y emoticones.
Al ser tan específico, este vocabulario no suele ser visto en publicaciones regulares que tienen un target muy grande y variado. Por esta razón surgen los llamados fanzines (abreviatura en inglés de fan’s magazine, revista para fanáticos), publicaciones no profesionales producidas para un grupo en específico, que comparten intereses en común.
El origen del Fanzine se remonta al siglo XIX, con los panfletos que se utilizaban para difundir ideas políticas, que se hacían en pequeñas prensas de impresión, generalmente por estudiantes. Sin embargo su apogeo se experimentó en los años ’50 y ‘60 cuando se convirtió en uno de los principales medios de expresión de la contracultura.
Hoy en día los editores son un grupo de personas o una sola persona, y los creadores a menudo son aficionados. Este tipo de actividad no suele ser recompensado económicamente. Aunque, también, muchos fanzines pasaron a ser “prozines”, publicaciones profesionales.
Por lo general son publicaciones baratas (ocasionalmente se ofrecen a cambio de piezas similares, o para contribuir con algún área en específico), porque son para un público reducido, no obstante eso no quita que el contenido, el diseño y la edición no sean de buena calidad. A menudo se producen a mano, con fotocopias y utilizando técnica de collage. Son mayormente en B&N, y algunas veces tienen una tapa a dos o cuatro colores.