La otra cara de las portadas

Autor/a: Lorena Elizabet Castillo

En los comienzos el vinilo se encontraba en un sobre marrón sin más información que el nombre del artista y del disco, sin embargo más tarde se empezó a descubrir la importancia que tenía el diseño del mismo para incrementar el consumo. La parte más característica de los discos de vinilo suele ser la portada, por ser el ingreso a la pieza o la “interpretación de la música” en la que tanto la música como la imagen se unen. Esta parte es la encargada de “adelantar” el contenido del disco sugiriéndonos de alguna manera con que estilo de música nos vamos a encontrar en el interior. Como todo lo que compramos suele entrar por nuestros ojos, cada vez que vamos a comprar un disco o vinilo, lo que suele llamar nuestra atención y en algunos casos hacernos comprar esa pieza suele ser el diseño de la portada.

Hablando del pasado podemos decir que muchos discos de vinilos se convirtieron en icónicos de la época gracias a sus emblemáticas portadas, también podemos decir que fue un periodo de creatividad y des-inhibición para la creatividad gráfica. Tanto fue así que se pueden observar a lo largo de las épocas como se sale de lo común del diseño para incursionar en nuevos territorios experimentales y desconocidos creando portadas que se alejaban de la lógica convencional que poco a poco se volvía vacía y previsible. Pero creer que todas estas exploraciones terminaron en resultados innovadores que crearon un nuevo estilo a imitar es un error. Muchas veces esta idea de romper con lo común y predecible suele caer en piezas gráficas grotescas, desagradables o simplemente consideradas moralmente incorrectas, por lo que rápidamente son censuradas y obligadas a transformaciones por lo general absurdas y carentes de sentido que terminan acabando tanto con la originalidad de la pieza como con su intento de innovación.

En los comienzos la censura era sufrida por los artistas negros del rock, los cuales eran discriminados y no se les permitía aparecer en las portadas de los discos. Sin embargo, la censura fue aumentando con el paso del tiempo y sin importar el peso del artista en cuestión. Un claro ejemplo de esto son los discos de los Beatles como en el caso del álbum “Yesterday And Today” de 1966 que mostraba a los miembros de la banda vestidos con delantales blancos, cubiertos con muñecas decapitadas y pedazos de carne. El álbum fue retirado y se colocó una cubierta blanca pegada encima de la original.

Unos años mas adelante podemos ver el caso controversial de The Rolling Stones con “Sticky Fingers” del año 1971. La portada del álbum fue realizada a partir de un diseño del artista pop-art Andy Warhol. Estaba formado por unos pantalones vaqueros con una cremallera que se abría. Esta portada fue censurada en España y sustituida por otra en la que unos dedos salían del interior de una lata de melaza.  Este último trabajo interpretaba con literalidad el título del disco pero cambiando rotundamente el sentido de la pieza original.

Pero esto no solo es cosa del pasado, ya que la censura se sigue aplicando en álbumes contemporáneos. Tal es el caso de la portada del álbum de The Strokes “Is This It” del año 2001 que fue censurada en Estados Unidos por un contenido explícito, sin embargo la portada también fue considerada como una de las mejores.

A veces, estas censuras son exageradas al punto de volverse absurdas como sucedió con el álbum de Artic Monkeys “Whatever People Say I Am, Thats What Im Not” del año 2006 que generó gran controversia y estuvo al borde de ser censurado debido a que aparece una persona fumando y se consideró que la misma incitaba a fumar.

Para terminar con el tema elegí el ejemplo del álbum “Suck It and See” del año 2011 también de Artic Monkeys para mostrar hasta que punto puede llegar la censura, que tan solo por mostrar el nombre del álbum (que  resultó muy ofensivo) debió llevar una etiqueta arriba del título del disco para tapar las letras.

Si bien es entendible desde mi punto de vista la censura de ciertas piezas gráficas por ser muy grotescas o de mal gusto como en el caso extremo de  Mayhem  en su álbum “Dawn of the black hearts” en la que se muestra al cantante de la banda realmente muerto, también es cierto que en algunos casos se suele exagerar con esto llegando al punto de querer buscarle lo malo a todo con el fin de tener excusas para censurarlo.
Teniendo en cuenta que somos comunicadores visuales es necesario saber con qué vamos a trabajar y tener presente que se debe tener cierta prudencia a la hora de diseñar para evitar este tipo de situaciones que no solo generan problemas para los artistas sino que también nos afecta a nosotros.