Diseño e Industria: aspectos tecnológicos del diseño de libros
Podríamos decir que la impresión puede arruinar un buen diseño, cuando en realidad un buen diseño incluye una buena impresión. Lo que hay que saber al respecto para la práctica profesional.
Al momento de consumir libros odiamos que el papel se transluzca, que se desprendan las hojas, ni hablar si la tinta se “estalló” o si el papel es brillante y tenemos que ir maniobrando el libro para poder leerlo…
La realización industrial es importantísima para el diseño. Actualmente la industria de producción de libros se maneja con los sistemas de impresión offset de mediano o gran formato, para tiradas extensas destinadas a mercados importantes, logrando grandes cantidades rápidamente y con calidad controlada.
Son 3 los ejes claves donde la tecnología puede jugar a favor o en contra del diseño del libro:
EL SOPORTE
En un libro lo que importa es la lectura: elegir el papel más hermoso o el más novedoso no va a ser una buena jugada -ni hablemos de los costos-. El soporte debe tener el gramaje justo para recibir correctamente la tinta, ni mayor ni menor, y debe ser de terminación mate, siempre. Un papel estucado mate, de poco brillo, es la elección segura. Ésta terminación se logra usando pigmentos de grano grueso en la capa de estucado, con partículas poligonales que dispersan la luz, difundiéndola en todas las direcciones. Las superficies que reflejan la luz de la forma menos directa son las más mate y las mejores para lectura continua.
LAS TINTAS
El sistema offset usa tintas oleosas, altamente viscosas, de gran estabilidad a altas velocidades, tintas que funcionan correctamente en contacto con el agua del sistema de humectación propio del offset.
Las tintas entran en relación con el gramaje del papel. En un libro bien realizado nunca vamos a encontrarnos con que se transparenta la impresión de la hoja siguiente a la que estamos leyendo. Importante punto a tener en cuenta en nuestra maqueta de libro.
LA ENCUADERNACIÓN
Existen diferentes tipos de encuadernación, a saber:
Encuadernación rústica: en general usan tapas de papel o cartulina, se las denomina rústicas, blandas o duras. Este tipo de encuadernación (Binder) es sustancialmente más barato que el de lujo, y es el que encontramos en los libros de bolsillo.
Las hojas están distribuidas en cuadernillos, formando un lomo que se fresa. El fresado es un proceso de pequeños cortes que favorece el pegado de las hojas con la cubierta, asegurando su resistencia y flexibilidad. (Es importante que el lomo sea fresado y no solo rayado porque ahí es cuando ocurre el desprendimiento de hojas). El fresado tiene dos etapas: el raspado (se cortan los surcos para que penetre el adhesivo,) y el cepillado (se elimina cualquier resto de polvo para que el encolado tenga buena adherencia).
Encuadernación de lujo: libros de muy fina terminación, de tapas duras (cartón forrado en tela). Interior cosido a hilo y fresado, para la posterior colocación de las tapas. Se obtienen libros duraderos y resistentes, aunque el costo es más elevado por la cantidad de elementos y procesos que requiere.
Existen muchas variables en el mercado en cuanto a sistemas y maquinarias.
A continuación un video de un sistema que a pesar de no ser de último modelo sirve para darse una idea de la complejidad de la encuadernación.
Fuente: Producción gráfica y multimedial de H. M. Santarsiero
Etiquetas: encuadernación, Libro, tecnología